La Ley N° 19.968 que crea los Tribunales de Familia en su artículo 103 establece que la mediación es “aquel sistema de resolución de conflictos en el que un tercero imparcial, sin poder decisorio, llamado mediador, ayuda a las partes a buscar por sí mismas una solución al conflicto y sus efectos, mediante acuerdos”.
La mediación por tanto es:
un proceso que busca otorgar un espacio de diálogo directo y participativo entre 2 o más personas que tienen un problema, para que conversen sobre el conflicto y las consecuencias que se han derivado del mismo. Los interesados concurren a la realización de una o más sesiones, acompañados por un tercero que facilita el diálogo, donde buscan vías de resolución del conflicto.
En el contexto familiar, la mediación otorga un espacio más adecuado que las audiencias judiciales para el tratamiento de los conflictos familiares de relevancia jurídica, toda vez que permite abordar personal y directamente el conflicto, las historias comunes y la participación de cada uno, permitiendo construir la solución a través del diálogo, solución que se ajusta a sus circunstancias particulares.
El proceso de mediación apuesta a que los involucrados son personas capaces de hacerse cargo de sus propios problemas y quienes mejor pueden proponer las vías de solución, ya que son los directamente involucrados. Este autoconocimiento, permite visualizar de manera más clara una eventual solución al problema, ya que cada conflicto tiene características, sensibilidades y particularidades especiales, que son mejor entendidas por los propios afectados.
El mediador/a facilita el diálogo y aporta profesionalmente para que los afectados tengan las herramientas comunicativas suficientes para finalizar su proceso de la mejor manera. Los mediadores son profesionales especializados, con estudios en técnicas de la comunicación, favoreciendo el encuentro entre las partes en conflicto, de manera que logren alcanzar acuerdos satisfactorios para ambos.
La mediación permite el tratamiento del problema de manera directa y participativa, otorgando a las partes un rol protagónico en el relato de los hechos, la determinación de bases de arreglo y, finalmente, en la construcción de acuerdos.
La mediación es la mejor alternativa:
- Es sencilla, sólo requiere la asistencia de ambas partes
- Es rápida, implica menos tiempo que un juicio
- de bajo coste económico y personal.
- trata todo tipo de conflictos: en la familia, en la comunidad, en la empresa, en la escuela, etc
- Su objetivo es un acuerdo en el que todas las partes ganen.
- Es voluntario, se puede abandonar el proceso en cualquier momento.
- Es confidencial, todo cuanto se diga durante la mediación no puede ser utilizado en un proceso judicial posterior.
- El mediador o mediadora dirige el proceso y facilita la comunicación, el entendimiento y llegar al acuerdo, sin sugerir ni imponer soluciones.